miércoles, 1 de octubre de 2008

Tragedia griega

jminúscula

Esta noche me visitó el Oráculo, el mensaje era confuso pero sembró en mi alma un gran desasosiego. Pronto desperté, el día estaba revuelto, mis impulsos me acercaron a la Casa de Lectos, en donde, una vez más estaba vetado de tomar prestado lo que, en Alejandría tardó tanto en acumular y tan poco en arder. Mis dedos se deslizaron torpemente por los lomos de aquellos libros, cual fue mi sorpresar cuando el índice no pudo pasar de un tomo en el que en letras doradas rezaba: SOFOCLES. Como si fuera nueva la historia para mí, ávidamente devoré aquellas hojas, finas, casi polvo, hasta el final. Quise buscar un broche de oro, sacarme los ojos, dejar de ver, levanté la mirada, otee a mi alredor, pero solo vi un sudamericano cincuentón vestido de segurata durmiendo en un sillón de lectura, un gigante fascistoide haciendo que estudiaba y un opositor aspirante a profesor perdido en un mar de apuntes: ME QUEDA MUCHO QUE VER, ni broche ni hostias, que se saquen los ojos ellos, que se destierren o se suiciden, a mí me la pela.


Sinopsis mostoleña: En un local enfrente de mi casa unos obreros obstinados tiraban el muro abajo con una machota, me cagué en dios, temprana hora, me vestí, no me asee claro, tiré millas por las calles del guetto, acabé en la biblioteca, lugar de estudiantes, aspirantes a funcionarios, parados y ratas de lectura, ví a un tipo durmiendo, esto solo pasa en Móstoles pensé, al rato un rapao aprendiendo a leer para ser segurata de la renfe, no les mires a los ojos que te van a pegar, esto es el guetto.


P.D.: Una tragedia griega es que te la claven por el ojal, ojete u ohaio sin consentimiento ni placer.

1 comentario:

Edurne dijo...

Cada vez que leo esta tragedia mas me hechiza...