Todo
sucede por desidia
de
un mítico amuleto que fomenta la mendicidad
entre
sus pretendidos y pretenciosos hermanos.
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Se
desploma inmaduro
de
la rama el futuro .
-
Dicen
que soy intolerante porque no tolero lo intolerable.
Los
intolerables pretenden ser tolerados
escudándose
en que es una intolerancia no tolerarles.
¡Endémico lenguaje!
-.
Me
asomo y veo torres
con
pestañas de plástico y pupilas.
Todo
cuadrado.
-
SOLO
espero sorprenderme.
-
El
drago de Agalán no se deja retratar.
Pese
a su rayada corteza,
el
tronco se mantiene fuerte.
Su
frondosísima copa se defiende del agónico arte actual
y
lo supera.
-Agalán, La Gomera, febrero de 2011-