jueves, 29 de abril de 2010

Pecados (4 y 5)

Susana Armengol

GULA


Era una ansiosa, por su manera de comer, se la veía a la legua. ¿Por qué lo dices?¿Comía mucho? Sí, a cada rato la pillabas sacando un tupper del cajón de su escritorio y, agachada detrás del ordenador para que el resto de la oficina no la viera, se metía en la boca tres o cuatro trozos de una especie de carne encebollada liberando un olor a grasa quemada repugnante. ¿Y siempre comía lo mismo?. Esa última semana sí. Después no lo sé, la detuvieron. Desde que la policía nos comentó lo del cuerpo de su compañero de piso repartido entre el baño y la nevera, no hemos vuelto a ser los mismos carnívoros.

ENVIDIA

A las once de la mañana las madres salen a pasear con sus pequeños. La zona residencial incluye un parque vigilado al final de la calle de chalets de lujo. Frente a los columpios, se ha instalado un chiringuito ibicenco especializado en cócteles y desayunos. Al otro lado, un polideportivo provisto de guardería permite a las amas de casa con asistenta fortalecer sus glúteos. ¡Qué grandes están tus niños!, ¡Qué guapos los tuyos!. ¿Estás mas delgada? ¿Tú te has cambiado el pelo, no? Oye, ya me ha dicho mi marido que han ascendido al tuyo en el trabajo, enhorabuena. Pues chica, a mi me ha comentado el mío que el tuyo esta encantado con su nuevo coche, que lujazo. Y así se despiden y prosiguen cada una su camino. Menudas arrugas tenia la muy vacaburra. No sé como permiten criar niños a borrachas muertas de hambre como ésta.

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