Sergio Álvarez Guillén
El camarero
seca vasos con un paño. La chica del abrigo largo está inclinada sobre la barra.
La mujer sentada a la mesa del fondo bebe su cerveza, observa un momento y
continúa leyendo su cuaderno de notas.
- uno setenta.
- pero eso es imposible.
- mire, es la tercera vez que le
digo lo que cuesta.
- y yo le repito que un café no
puede costar uno setenta.
- señorita, es el precio que
tiene aquí. Usted debería haber preguntado antes de tomarlo.
- no pienso pagarlo. Tratándose
de un robo usted debería haber advertido “esto es un atraco”.
La mujer del
fondo se levanta y se acerca a la barra colocando sobre ésta un billete de
cinco euros.
- cóbrese mi caña y el café de la
señorita.
Los ojos del camarero se
balancean antes de suicidarse sobre la caja registradora.
- señora, así no está ayudando a
na...
- soy la dueña del local; por
favor, salga de aquí ahora mismo.
[Hiperbreve para El Café, obsesión de Léptica ]
[Hiperbreve para El Café, obsesión de Léptica ]
No hay comentarios:
Publicar un comentario